Murió Alejandro Sabella, DT del seleccionado subcampeón en Brasil 2014

El exentrenador falleció a los 66 años en la clínica de Belgrano donde estaba internado desde el pasado 25 de noviembre por una insuficiencia cardíaca, informaron sus familiares.

Nacionales08/12/2020
Alejandro Sabella

El exfutbolista y exentrenador Alejandro Sabella, DT del seleccionado argentino subcampeón del mundo en Brasil 2014, falleció a los 66 años en la clínica del barrio porteño de Belgrano donde estaba internado desde el pasado 25 de noviembre por una insuficiencia cardíaca, informaron sus familiares.

"Pachorra" Sabella, valorado en el ambiente no sólo por sus virtudes de jugador y DT sino por su calidad humana, había sido internado en el Instituto Cardiovascular el mismo día de la muerte de Diego Maradona, una noticia que, según su entorno, influyó en su descompensación.

"El ICBA Instituto Cardiovascular lamenta informar que el paciente Alejandro Sabella (...) falleció a las 15.30 del día de la fecha como consecuencia de su diagnóstico de cardiopatía dilatada secundaria a enfermedad coronaria y cardiotoxicidad de larga data", comunicó hoy la clínica.

"Las autoridades y el personal del ICBA acompañan a sus familiares y amigos en este doloroso momento", finalizó el comunicado de la clínica.

Sabella venía evolucionando favorablemente desde el viernes al tratamiento por su dolencia cardíaca, pero en las últimas horas su situación clínica había vuelto a complicarse.

Sabella, apodado “Pachorra” en sus épocas de futbolista, fue el dueño de una estilográfica zurda de las que en la jerga tribunera definen a quien lleva la pelota “atada”.
 Primero fue asistente de Daniel Pasarella y luego brilló como técnico de Estudiantes y de la Selección Nacional.

Nació en la Ciudad Autónoma de Buenos Aires el 5 de noviembre de 1954, se crió en el corazón de Palermo, cerca de la Basílica de Guadalupe, y tras sendos intentos fallidos en Racing y en Boca, club del que era hincha, recaló en las divisiones menores de River y más temprano que tarde sobresalió y despuntó como una de las joyas de la casa.

Pudo haber sido abogado y abandonó la carrera, fantaseó con estudiar medicina y con la militancia política en los convulsionados años setenta, pero a la sombra del extraordinario “Beto” Alonso prosperó en River y se constituyó en un lujoso suplente, hasta que en en 1978 fue transferido al Sheffield United de la tercera división de Inglaterra y en 1980 al Leeds United.

En 1982 su trayectoria futbolística experimentó un giro igual de insospechado que de virtuoso.

Convocado por Carlos Salvador Bilardo a impulsar un salto de calidad a un gran Estudiantes en ciernes, alcanzó su madurez, brilló en compañía de los también talentosos Marcelo Trobbiani y José Daniel Ponce y se convirtió en en una pieza esencial en el campeón del Metropolitano de 1982 y del Nacional de 1983.

Tales actuaciones destacadas redundaron en algunas convocatorias a la Selección, pero con la camiseta albiceleste no le fue demasiado bien: “recuerdo de una manera especial el día que compartí un entrenamiento con Diego Maradona. Hizo cosas tan increíbles que tuve la sensación de no saber jugar al fútbol”.

A la Selección volverá dos décadas después, pero antes persistió en Estudiantes de La Plata, su lugar en el mundo, y pasó por el Gremio de Porto Alegre, Ferro Carril Oeste e Irapuato de México.

Tras colgar los botines fue asistente de Passarella, y en esa condición lo acompañó en Parma, Monterrey, Corinthians, River y las selecciones nacionales de la Argentina y de Uruguay.

Después llevó a Estudiantes a las altas cumbres, pero ya como entrenador principal y en el Mundial de Brasil rozó la epopeya al frente de la Selección Argentina que cayó con Alemania en tiempo suplementario.

En aquellos días supo subrayar de un modo pleno que amén de haber sido un muy buen jugador, y con independencia de sus dotes de estratega, era un pedagogo y un maestro.

Varios de sus dirigidos hoy recuerdan con emoción las charlas técnicas previas a los partidos con Serbia e Irán, cuando inculcó un supremo respeto hacia los adversarios y abundó acerca de la guerra de los Balcanes y la tradición de la cultura persa.

Ese fue Alejandro Sabella.

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