Amistad en tiempos virtuales: cuando las personas eligen como amigos a la IA

Los chatbots responden de forma predecible, complaciente y sin cuestionamientos, y plantean “un lugar de huida” del mundo real.

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La Inteligencia Artificial (IA) está redefiniendo las relaciones sociales, desde cómo se vinculan las personas hasta con quién lo hacen. Así como hay personas que buscan compañías virtuales con un tono amoroso o sexual en plataformas como SciMatch, Replika o Character.AI, también están quienes eligen tratar a la IA como si fuese un amigo o amiga. De esta manera, les cuentan su día a día, sus problemas laborales, familiares o financieros, y encuentran del otro lado un receptor que escucha y responde de manera reconfortante. Según María Paz Hauser, doctora en Psicología de la Universidad Nacional de San Luis, las personas sacian su necesidad de ser escuchadas y validadas, pero a la vez pueden comenzar a desconectarse de la realidad y sus vínculos cercanos.

“Los adolescentes y jóvenes encuentran en estos espacios una fuente ‘perfecta’ para satisfacer sus necesidades de autoestima, vinculación, identidad, reconocimiento y validación externa. ¿Por qué es perfecta? Porque resulta cómoda, de fácil acceso y los adolescentes la perciben como ‘segura’ aunque en realidad puede no serlo”, explica Hauser a la Agencia de Noticias Científicas de la UNQ.

Al relacionarse con chatbots, las personas evitan el riesgo de sensaciones, como la exclusión y la no aceptación, ya que estos responden de forma predecible, complaciente y sin cuestionamientos. A su vez, “no exige nada a cambio, ni los confronta con momentos o situaciones incómodas que todo intercambio real conlleva, resultado de la multiplicidad y variabilidad individual”, manifiesta la especialista.

Inclusive, se suma el factor de que la IA está disponible las 24 horas del día y se puede acceder a ella desde cualquier lugar. Esto va de la mano con un estudio llevado adelante por investigadores de la Universidad de Padua, Italia, que encontró que los adolescentes sufren sentimientos como decepción, enojo y frustración cuando sus amistades no están disponibles de manera constante en línea. Es decir, cuando no responden a mensajes o no reaccionan a nuevas publicaciones inmediatamente después de que se hayan enviado o compartido en las redes sociales, lo que aumenta los conflictos entre ellos.

“La disponibilidad total de la IA se convierte en un lugar de refugio o huída del mundo real, un lugar seguro donde sienten que no son excluidos. Y esto se agrava más en adolescentes que forman parte de hogares con comunicación disfuncional, ausencia de adultos significativos o desconexión afectiva por parte de éstos. El joven encuentra en estos recursos un vínculo a medida, que no lo juzga, que no le pone límites, con el que no hay riesgo de rechazo y que está cuando lo necesita”, asevera Hauser.

Desconectarse de la realidad

Hauser cuenta que, en el consultorio, pudo ver cómo impacta el uso o no uso de chatbots e IA en la salud mental y el bienestar de los jóvenes. “He tenido adolescentes que llegaron con patologías graves, diagnosticadas por pediatras, psiquiatras y neurólogos, con componentes de desconexión con la realidad. Luego de conocer y profundizar en que mantenían contacto frecuente o incluso adictivo con chatbots y tras intervenir en esta situación a nivel conductual, con el acompañamiento y supervisión adecuadas, los trastornos tuvieron una remisión en algunos casos total”, rememora ante la Agencia.

Y agrega: “Recuerdo, en una oportunidad, a una mamá que me dijo ‘me devolviste mi hija’. En realidad no era tanto lo que yo había hecho, sino el llegar a identificar que casi el 90 por ciento del factor etiológico devenía de la tecnología e internet”. Asimismo, la desconexión de la realidad y de sus afectos, puede traer conflicto en las amistades ya que “cuando alguien percibe que su amigo prefiere pasar tiempo con una IA que compartiendo una conversación o encuentro real, puede vivenciarlo como una forma de rechazo afectivo o desinterés”. 

De esta manera, afecta el sentimiento de pertenencia, validación y reconocimiento o su autoestima. Paralelamente, en términos de Hauser, es una forma de violencia ya que el joven que centra su vida en torno a vínculos ficticios, deja de ser empático y cercano a las personas que lo rodean. Por el contrario, “a veces se tornan intolerantes, irascibles y violentos frente a las demandas de otras personas que lo esperan para compartir una conversación o que desean compartir un tiempo juntos”, afirma.

Así como hay personas que buscan una escucha y una amistad en una IA, también lo están quienes eligen iniciar relaciones románticas o de índole sexual con las nuevas tecnologías. El problema radica en que cada vez más las personas se aíslan y dejan de relacionarse con sus pares reales. Se desconectan de sí mismas y entre ellas para pasar a estar conectadas con una máquina.

Por Luciana Mazzini Puga - Agencia de Noticias Científicas de la UNQ.

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