“Jefes despóticos y aburrimiento”: el demoledor informe sobre por qué los jóvenes no quieren un trabajo formal

Un estudio revela por qué los jóvenes rechazan el empleo tradicional. Lo asocian al “sometimiento a un jefe despótico” y buscan autonomía en la “gig economy”.

Nacionales26/06/2025
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Trabajar en Uber, vender productos por redes, generar contenido en OnlyFans o invertir en criptomonedas: el mapa del trabajo en Argentina ya no se limita a las “formas tradicionales” de empleo. Así lo advierte el estudio “Las y los novísimos trabajadores. ¿Cuántas changas para un salario digno?”, publicado por la Fundación Friedrich Ebert y elaborado por los sociólogos Esther Solano, Pablo Romá y Cecilia Feijoo.

Según el informe, las fronteras entre trabajo formal e informal se “diluyen” y, actualmente, muchos trabajadores combinan empleos estables con actividades por cuenta propia, impulsados por la caída del poder adquisitivo, la precarización y la búsqueda de autonomía económica.

“Soy profesora, pero también tengo mi OnlyFans”, “Trabajo en la administración pública y en paralelo invierto en criptomonedas”, son ejemplos que ilustran un fenómeno creciente: “la identidad laboral se vuelve múltiple y fluida”, asegura el trabajo de la Fundación Friedrich Ebert.

Más libertad, menos derechos

El estudio señala que esta transformación no solo es económica, sino también cultural. Para muchos jóvenes, el trabajo tradicional aparece asociado a una “lógica negativa del sometimiento a un jefe despótico, aburrimiento, o incapacidad de desarrollarse personalmente”. En cambio, las actividades digitales y emprendedoras prometen flexibilidad, ingresos rápidos y “éxito individual”.

Esta narrativa, según el documento, es aprovechada por discursos de “extrema derecha”, que conectan con estas nuevas subjetividades, reivindicando valores como la libertad, el mérito individual y la desconfianza hacia el Estado y los sindicatos.

“El pluriempleo autoexplotador al que este trabajador se ve sometido se redefine en flexibilidad y sacrificio honroso que le llevará a tomar las riendas de su propia potencia en busca de la promesa del éxito que conquistará él mismo”, señalan los autores.

¿Qué rol tienen los sindicatos?

En este contexto, el estudio plantea fuertes desafíos para el sindicalismo argentino: ¿cómo representar a trabajadores sin jefe ni oficina? ¿Cómo dialogar con quienes ya no se identifican con el empleo formal ni con las estructuras tradicionales?

Entre las propuestas, se destacan “nuevas formas de mutualismo” para trabajadores de plataformas; asesoramiento legal y laboral; capacitaciones digitales que “no reproduzcan los imaginarios de la mercantilización y la autoexplotación”, y “formas comunicación” que se adapten al lenguaje y la velocidad de las redes.

En este sentido, el estudio concluye que la experiencia de “poder de la nueva extrema derecha" en un país “exponente del capitalismo periférico como la Argentina” es un “fenómeno dinámico que sincroniza expectativas y deseos, pero también genera tensiones y contradicciones”.

“Entenderlo en toda su complejidad desde una mirada no reduccionista es el primer paso para participar en la presente batalla por el imaginario colectivo; y para enfrentarlo hay que defender las posiciones conquistadas y aventurarse a interpelar la nueva realidad que viven los trabajadores”, concluye el informe.

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