
Vivió la pobreza y el sufrimiento de modo radical. Fue una de las figuras más potentes del catolicismo del siglo XX, que la transformó en santa. Adoptó las posiciones más conservadoras de la Iglesia. Obtuvo recursos de personajes de dudosa moralidad. Creó su propia congregación, que cuenta con unos 4.500 miembros en 130 países. Una religiosa que despierta admiración y controversia.