Importancia de conocer nuestro estado de salud antes de realizar actividad física con frecuencia

Comienzan los días óptimos para hacer actividad física y es importante saber en qué condiciones se encuentra el cuerpo para soportarla. Muchas veces el corazón no soporta la actividad, por lo que saber las técnicas básicas de reanimación se vuelve crucial.

Nacionales04/09/2022
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Estar en movimiento ayuda al cuerpo a reducir la presión arterial, mejorar el flujo sanguíneo y la salud ósea, bajar los niveles de estrés, mantener controlado el sobrepeso, e incluso evitar sufrir alguna enfermedad cardiovascular, entre otros.

Tener un estado sedentario y e inactivo físicamente acarrea consecuencias como la obesidad, enfermedades al corazón (incluyendo enfermedad coronaria e infarto), colesterol alto, entre otros. También se puede perder masa muscular y resistencia, al no usar tanto los músculos. Los huesos se debilitan y pierden algo de su contenido mineral.

Entonces, si bien hacer deporte, y actividad física en general, aporta numerosos beneficios a la salud, no saber el estado en que el cuerpo se encuentra para realizarla puede causar más daño de lo que parece. Si se desconoce el estado físico puede pasar que se exija más de la cuenta, lo que provocaría desde lesiones hasta un ACV.

Exámenes médicos

Hacerse estudios previos también ayuda adaptar la actividad según el resultado que se desea obtener y la capacidad corporal que se posee.

Antes de hacerse un chequeo médico se debe considerar los antecedentes personales y familiares de cada uno. Hay patologías que pueden aparecer porque ya las han padecido familiares. Además, algunas de ellas pueden convertirse en factores de riesgo a la hora de la práctica deportiva. Es el caso de cardiopatías, diabetes, artritis o asma. Los antecedentes personales tienen que ver con la condición de la persona, si ha sufrido lesiones, o tiene alguna enfermedad, si toma medicación, etc.

Los exámenes médicos que se hacen en estos casos suelen parecerse a los chequeos anuales, pero abocándose más al estado físico para hacer deportes y demás. Pueden consistir de examinar la presión arterial y el estado del corazón (frecuencia del ritmo cardiaco); además del nivel de azúcar en la sangre y pruebas que indiquen si tiene anemia o colesterol malo alto. También es común que se mida el peso y la estatura, se revisen los pulmones, músculos, huesos y articulaciones. 

Todas las personas pueden hacerse estos chequeos, con variaciones dependiendo de las enfermedades o afecciones más propensas según las edades. Incluso en algunos colegios secundarios suelen pedirse certificados de buena salud para comprobar este tipo de cuestiones.

Recomendaciones para empezar a realizar actividad física

Es importante que se empiece de a poco. Incluso si la persona camina todo el día por diversas razones, puede no estar preparada para hacer una corrida continuada de 20 minutos. Es importante que los primeros movimientos que se realicen, sean de una dificultad baja, como pueden ser caminatas prolongadas no mayores a 30 o 40 minutos de duración.

Los días comienzan a mejorar y con ello, la temperatura sube. Se debe tener en cuenta que aunque estemos entrando en la primavera, el calor y el sol son peligrosos aunque no sea verano. Mucha gente planifica hacer bastante actividad deportiva aprovechando el clima, pero se olvidan de las afecciones cardíacas que están en juego en estos casos. 

Otro consejo es el calentamiento y la elongación al hacer la actividad física, incluso si es caminar por 30 minutos. Se aconseja calentar aproximadamente de 5 a 10 minutos. La mejor manera de hacerlo es con movimientos lentos, más que nada de aquellos grupos musculares que más se exigirán en el ejercicio. Al terminar de entrenar se debe estirar las partes involucradas para revenir lesiones musculares y disminuir el dolor postejercicio.

Tratamiento de primeros auxilios

Puede suceder que una sesión de actividad física termine de una forma poco agradable, como lo es un paro cardiaco, por lo que se necesite reanimación. Quizás el corazón no estaba preparado para tal actividad, por lo que deja de bombear sangre y oxígeno. De todas maneras, es sumamente necesario conocer esta información, ya que este tipo de accidentes no siempre ocurre por la misma razón.

Es importante reconocer el estado en que se encuentra la persona en cuestión para así saber cómo se procede. Si la persona está inconsciente se deben revisar las vías respiratorias y la circulación. En caso de que estas cosas no estén en orden (y se descarten lesiones superficiales y asfixia por algún elemento externo), de proceder a realizar RCP. Puede requerirse respiración boca a boca, la cual provee oxígeno a los pulmones de una persona o compresiones torácicas, las cuales mantienen la sangre de la persona circulando. 

Se puede presentar daño cerebral permanente o la muerte en unos pocos minutos si el flujo de sangre en una persona se detiene. Por lo tanto, se debe continuar con la RCP hasta que los latidos y la respiración de la persona retornen o hasta que llegue ayuda médica. La maniobra es la siguiente:

1.      Comprimir hacia abajo el tórax de la persona hasta hundirlo entre 5 a 6 cm.

2.      Mantener siempre los brazos extendidos.

3.      Apoyar el talón de una mano en el centro inferior del esternón, en el centro del pecho. Colocar el talón de la otra mano sobre la primera y entrelaza tus dedos.

4.      Realizar 30 compresiones ininterrumpidas. Repetir 5 ciclos. Se deben hacer entre 100 y 120 compresiones por minuto. Suele recomendarse seguir el ritmo de la canción “stayin’ alive” de los Bee Gees.

Evaluar a la persona y, si no hay recuperación, continuar con las compresiones. Si la persona recupera la conciencia, hay que colocarla de costado o posición de recuperación (lateral) hasta que llegue el equipo de emergencias.

Tener conocimiento de esta, y demás técnicas de reanimación que puedan salvar la vida de las personas es de suma importancia.

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