Acuerdan pena por robo de cables en un yacimiento de YPF

La fiscal del caso Rocío Rivero presentó ayer un acuerdo mediante el cual un joven fue condenado a la pena de tres años de prisión condicional por haber intentado robar cables de un yacimiento de YPF, y por haber robado en una vivienda de la ciudad de Rincón de los Sauces. 

El acuerdo fue posible porque el acusado, Benjamín Aguilar, aceptó la responsabilidad penal en ambos hechos así como la imposición de reglas de conducta durante dos años: fijar domicilio en forma voluntaria en la provincia de San Luis; comenzar y finalizar capacitación o estudios laborales o profesionales o de oficios; no tener contacto con una persona a la que intentó robar; y no regresar por ese lapso a la ciudad de Rincón de los Sauces. 

El primer hecho por el cual fue acusado ocurrió en el yacimiento Desfiladero Bayo, el pasado 3 de septiembre alrededor de las 19, en las inmediaciones de Rincón de los Sauces.  Junto a otros tres hombres,  ingresaron a la celda de comando de un pozo y sustrajeron cables y equipamiento (protecciones y barras, entre otros). Fueron vistos por personal de seguridad, por lo que escaparon en un auto Renault Megane por la Ruta Provincial 6. 

En esas circunstancias, comenzó una persecución por parte del personal de seguridad a la que luego se sumó persona policial de la Comisaría 35. Durante una distancia de 5 kilómetros, escaparon esquivando los móviles policiales e ingresaron a la ciudad por el barrio Parque Industrial, donde chocaron con un auto en la esquina de Rawson y Sarmiento. Siguieron hasta la calle 19 y 1, donde detuvieron el auto y bajaron los cuatro ocupantes y fueron detenidos. 

Por este hecho, se le atribuyó el delito de robo agravado por despoblado y en banda, en grado de tentativa y en carácter de coautor. 

El otro hecho ocurrió el 7 de abril de este año, entre las 21 y 21.30. Aguilar ingresó a una vivienda de Rincón de los Sauces junto a un cómplice que aún no fue identificado. Allí amenazaron al dueño de la casa y a su hijo, mientras cenaban. Con un arma de fuego, le exigieron dinero y distintos bienes. Luego les colocaron cintas en la boca y precintos en las manos y escaparon con un anillo de oro, un reloj marca Rolex, celulares y una carabina calibre 22, entre otros bienes. 

El delito atribuido fue el de robo agravado por el uso de arma de fuego cuya aptitud para el disparo no pudo ser acreditada. 

El acuerdo que presentó la fiscal del caso contó con el consentimiento del acusado, y una jueza de garantías lo avaló ayer durante una audiencia.