![Micaela Cuesta](/download/multimedia.normal.b849db4dfccaf5da.TWljYWVsYSBDdWVzdGFfbm9ybWFsLndlYnA%3D.webp)
Cuando el insulto se vuelve moneda corriente se naturaliza y se corre el peligro de establecerlo como presupuesto del vínculo o lazo social: "es creer que si no insultamos no podemos iniciar una conversación", advirtió la coordinadora del Laboratorio de Estudios sobre Democracia y Autoritarismos de la Unsam.